Y luego que te marchas
¿qué dejas tras de ti?
una lápida fría, desolada y reseca
donde tu nombre escueto,
la fecha de tu muerte
y un "requiescan in pace"
gritan que tú, algún día
vagaste por la vida,
amaste, odiaste, reíste;
y tal vez construiste con tus manos un nido.
Después de que te marchas
que endeble la memoria
de aquellos que con lágrimas
lamentan tu partida.
Recuerdos que se borran,
imagenes que pierden,
frecuencia, claridad, consecuencia, motivo...
Cuando emprendas el vuelo
al infinito ignoto,
¿qué dejas tras de ti
que preserve tus sueños?
anécdotas, rencores, quizá fotografías
y el deseo infecundo
en aquellos que te amaron
de que al pasar el tiempo
y al doblar una esquina,
vaporoso, sonriente,
han de encontrarte un día.
Leonardo Reichel
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